Programación de videojuegos como recurso educativo en el aula
Los videojuegos son una forma atractiva y cautivadora de fomentar el entretenimiento, transportando a jugadores de todas las edades a mundos imaginarios plagados de retos y nuevas experiencias. A pesar de que la industria de los videojuegos ha evolucionado drásticamente desde la aparición de las primeras videoconsolas, la esencia del gaming sigue perdurando generación tras generación.
Dejando a un lado la finalidad lúdica, los videojuegos también han marcado hito en el ámbito de la educación y la enseñanza. Y no nos referimos simplemente a la gamificación de actividades en el aula, sino a la capacidad de crear nuestros propios videojuegos y adquirir las habilidades asociadas.
El poder de los videojuegos para estimular la creatividad
Los videojuegos son capaces de activar los sentidos y establecer una conexión con el jugador que va más allá de la simple interacción. El avance de la tecnología también ha propiciado recursos y fórmulas para llevar las experiencias a otro nivel, mediante el uso de gráficos realistas, realidad virtual, streaming, nuevos modos de juego…
Estudios recientes afirman que los videojuegos pueden contribuir a aliviar el estrés, mejorar la creatividad y desarrollar habilidades cognitivas 1. Cuando hablamos del público infantil y adolescente, la moderación y el acompañamiento se hacen indispensables para lograr el efecto deseado. Padres, madres y tutores debemos facilitar un entorno seguro y promover un equilibrio saludable, sin dejar nunca de lado actividades vitales como el deporte o la socialización cara a cara.
No nos cabe duda que los videojuegos tienen la capacidad de estimular la creatividad, sin embargo su potencial no termina aquí ni mucho menos. ¿Te imaginas poder crear tus propios videojuegos?. A los beneficios citados hasta el momento, ahora también añadimos la adquisición de competencias STEAM, un aspecto clave en la preparación de las nuevas generaciones.
¿Qué disciplinas trabajamos con la programación de videojuegos?
La «programación de videojuegos» abre un amplio abanico de posibilidades en el campo de la enseñanza a través de las nuevas tecnologías (TICs). Al redactar este artículo nos hemos permitido la licencia de llamar «programación» a todo el proceso creativo que hay detrás de un videojuego. En realidad, crear un videojuego integra diferentes áreas y disciplinas, las cuales hemos agrupado de la siguiente manera:
– Diseño conceptual. El primer paso a la hora de crear un videojuego es conceptualizarlo, es decir, identificar los elementos clave que formarán parte: la historia, los personajes, el mundo o espacio de juego, la mecánica principal, la estética visual… En esta fase suele ser habitual generar documentos, bocetos, diagramas e incluso prototipos simples. El diseño conceptual adquiere aún más importancia en proyectos que precisan comunicación y coordinación entre los diferentes equipos (diseñadores, artistas, programadores, escritores…) para asegurar que todos avanzarán hacia el mismo objetivo.
– Narrativa. La narrativa es el hilo conductor que teje la historia, los personajes y el mundo del juego. Profundiza en la mecánica, el progreso y la interacción del jugador con los elementos del juego, así como de los elementos entre sí. Podríamos definir la narrativa como la columna vertebral entre el diseño conceptual y la implementación, una pieza indispensable para garantizar la cohesión y envolver al jugador.
– Expresión gráfica. El diseño de un videojuego implica diversas tareas en el apartado gráfico, como la creación de escenarios, personajes, objetos, animaciones y efectos, interfaces de usuario… En conjunto definen la atmósfera visual que marcará significativamente la experiencia de juego. Algunos entornos de desarrollo incluyen todas las herramientas necesarias, sin embargo, también es frecuente recurrir a aplicaciones específicas, como Blender, Maya, 3ds Max o Photoshop. Con independencia de la menor o mayor complejidad gráfica que tenga un videojuego, éste podría llegar a ser una verdadera obra de arte digital.
– Programación. Todo videojuego implementa una lógica interna que define su funcionamiento: ganar y perder, la progresión en el juego, las acciones que puede realizar el jugador, las interacciones entre los elementos del entorno, el sistema de puntuación… Aquí es donde entran en escena los lenguajes de programación. En la actualidad existen multitud de plataformas y herramientas orientadas a la programación de videojuegos, agrupadas por su dificultad de uso y las funcionalidades que ofrecen. Ya sean lenguajes de programación visuales (Scratch, Blockly, Snap!…) o más avanzados basados en texto (C#, C++, Python, Javascript…), tanto principiantes como expertos disponen de multitud de recursos para dar rienda suelta a su imaginación. Si eres un entusiasta de la programación de videojuegos, es muy probable que te suenen plataformas como Unity, Unreal Engine, Godot Engine, GameMaker Studio o CryEngine.
– Música y sonidos. La composición musical y la creación de efectos de sonido son cruciales para la ambientar y mejorar la experiencia de juego. A través de la música podemos transmitir, por ejemplo, momentos de tensión y relajación. Los efectos de sonido también contribuyen a añadir realismo, desde unos simples pasos hasta ruidosas explosiones. En combinación, la música y los sonidos complementan la experiencia visual y narrativa.
– Game testing. Comprobar la jugabilidad del videojuego y que todo funciona correctamente es vital para garantizar una buena experiencia de usuario. El feedback resultante será útil para solucionar errores, hacer ajustes y mejoras. El testing es una actividad que debe estar presente durante todo el desarrollo del videojuego, más crítico aún cuando hablamos de títulos comerciales.
Integración como recurso educativo en el aula
Habiendo identificado las principales áreas que intervienen en la creación de un videojuego, se abre ante nosotros todo un mundo de posibilidades en el ámbito educativo. Desde la idea inicial hasta su implementación, observamos actividades estrechamente ligadas a procesos creativos, la aplicación práctica de conocimientos y el manejo de las nuevas tecnologías.
La programación de videojuegos nos proporciona nuevas formas de trabajar contenidos curriculares en el aula a través de proyectos que abarcan áreas tan diversas como linguística, matemáticas, ciencia, tecnología, física, química, idiomas, arte, geografía o historia. Estos proyectos no solo refuerzan el aprendizaje de conceptos específicos, sino que también favoren el desarrollo de habilidades blandas o soft skills, como la creatividad, el pensamiento crítico, la comunicación o el trabajo en equipo.
A la hora de crear un videojuego, los alumnos y alumnas se convierten en guionistas, diseñadores, programadores… Este contexto práctico les invita a ser protagonistas y mantener una participación activa en clase. De hecho, es tal el atractivo de las actividades, que probablemente muchos desearían continuarlas fuera del aula.
Llegados a este punto y aunque no sea el propósito de este artículo, también merecen una mención especial los llamados «serious games» o «juegos formativos», orientados principalmente al sector educativo y de la cultura 2. Os invitamos a leer un poco más sobre este tema para conocer los beneficios que aportan en multitud de sectores, no únicamente la educación.
Un camino por recorrer y muchas oportunidades
A pesar de los beneficios que la programación de videojuegos aporta en la enseñanza, su integración en el aula a día de hoy sigue siendo escasa. Según un estudio de la Universidad de Málaga3, este hecho está relacionado con limitaciones en la formación del profesorado y, en consecuencia, la necesidad de diseñar planes de capacitación específicos e implicar a agentes externos.
Nuestra experiencia con IngeniaKids nos demuestra que el sistema educativo tiene carencias importantes, en gran parte debido a la falta de medios técnicos y docentes con los conocimientos necesarios para integrar las TICs en los contenidos curriculares. De hecho, ya son varios los proyectos y acciones formativas que hemos llevado a cabo para tratar de cubrir esta demanda.
La transformación digital está influyendo en prácticamente todos los ámbitos y sectores, incluida la educación. En este escenario tan cambiante tenemos que ser capaces de adaptarnos y aprovechar las oportunidades que nos brindan las TICs y campos específicos como el de los videojuegos. Tenemos ante nosotros nuevas herramientas para abordar los desafíos educativos de una manera innovadora y dotar a la sociedad de habilidades esenciales para el mundo moderno.
Esperamos que os haya gustado esta entrada. Os invitamos a contactar con nosotros si queréis más información o que escribamos sobre algún tema relacionado que os interese.
Imágenes: freepik [1, 2], pvpproductions [1]
- «Power of Play (2023)». Asociación Española de Videojuegos (AEVI). ↩
- «Libro Blanco del desarrollo español de videojuegos (2023)». Asociación DEV España. ↩
- «Diseño y programación de un videojuego educativo. Un caso de estudio en educación primaria (2022)». Blas González-Alba y Pablo Cortés-González, Universidad de Málaga. ↩